jueves, 18 de diciembre de 2014

DULCES DE COCO CASEROS (o a Rocío le encanta Spencer Ried)


NOTA: Este post está patrocinado por Spencer Reid. No se sorprendan si hay abuso de su imagen en el mismo.

Ok, la Navidad está a la vuelta de la esquina (¡¡¡Una semana!!!) y a veces uno quiere dar detallitos a muchas personas pero el dinero es poco.  Entonces decidí que para algunos compañeros de trabajo lo mejor sería regalares caramelos decorados y dulcitos de coco caseros. El día de hoy mostraré como hacer los dulcitos de coco caseros paso por paso con una receta muy fácil y económica además de rendidora para preparar regalitos para todos.

Lo primero es que los materiales los compré en una tienda de materias primas para pasteles y me salieron muy económicos. Cada paquete de coco que compré me costó cerca de $12 pesos con unos 300 gramos cada uno y las latas de leche condensada tuvieron un costo de $15 pesos. El tubo de capacillos rojos pequeños me costó $24 pesos y trae ¡Cientos! Y las cajitas para guardar las cosas me costaron $1.50 cada una. Confesaré que las nueces, que suelen ser lo más caro fueron un regalo de mi primo que trajo una cubeta llena de estas mismas que me tardé un par de días y como ocho capítulos de Criminal Minds en pelar. (¡Oh, Spencer Reid, te amo con toda mi pasión nerd!).
 

Sin embargo las nueces son opcionales ya que aun sin estas los dulces quedan deliciosos. No las de Spencer Reid, las nueces de Spencer son sagradas.

Lo siento, es Spencer.... Dejo de funcionar bien cuando veo a Spencer.

Las cantidades pueden variar pero lo importante es que con unos $200 pesos puedes hacer muchísimas cosas de estas y dependiendo de la cajita en la que los guardes te pueden rendir  para muchos detallitos.

Los ingredientes  básicos son:

Dulces de Coco
  • Coco rallado cantidad necesaria
  • Lecha condensada cantidad necesaria
  • Nuez molida cantidad necesaria (opcional)
  • Nuez picada cantidad necesaria (opcional)
  • Capacillos pequeños
  • Cajeta (opcional)


Para esta receta yo medí tres tazas de coco rallado. 

Si el coco viene muy molido recomiendo colarlo y apartar todo el polvillo de coco. Vamos a utilizarlo todo pero como haremos dos variaciones de estas bolitas de coco es necesario hacer esa separación.  Yo usé un colador de orificios grandes para colar y separar el coco muy molido del que aún está más entero.

A continuación medir una taza y media del coco más entero y apartar. 
Medir luego otra taza y media del resto del coco, incluyendo el que está muy molido.  En este momento tendrás 1 y ½ tazas de coco más entero y 1 y ½ tazas de coco más molidito. Vamos a trabajar primero con el que está más molidito.    

Colocaremos el coco en un recipiente  hondo  y agregaremos  la leche condensada. Para 1 y ½ tazas de coco utilicé ¾ de lata de leche condensada. Mezclar bien. 


Si queda muy seco agregar más. Si queda muy aguado poner más coco. La consistencia debe ser chiclosita pero tendiente a ser seca. Una vez hecho esto meter la masa al refrigerador por unos 20 minutos para que se endurezca. 
Sacarla del refrigerador y con una cuchara pequeña tomar bolitas y con las manos muy limpias  dar la forma de bolitas más o menos del tamaño del capacillo. 
 Después de esto rodar en la nuez molida.

Yo opté por hacer todas las bolitas y después rodar cada una en la nuez, se me hacía más fácil y se desperdiciaba menos nuez. Para fijar la bolita al capacillo y que estas no anden rodando colocar una gotita de cajeta o de la misma leche condensada en el capacillo y después poner la bolita de coco sobre este.



Meter todas las bolitas una vez más al refrigerador por unos 30 minutos.

La variación de estas bolitas es cuando las preparamos con coco rallado tostado. Ahora tomaremos las 1 y ½ tazas de coco rallado más entero  y en porciones de 2 a 4 cucharadas lo tostaremos ligeramente en la estufa.
Aquí mi pinche #1 tostando el coco

Una vez que esté todo tostado dejaremos que enfríe un poco y repetiremos todo el procedimiento anterior agregando la cantidad necesaria de leche condensada  pero esta vez agregaremos nuez picada a la mezcla y revolcaremos las bolitas en nuez picada o en más coco rallado tostado sin leche condensada. De ahí la receta sigue igual: refrigeración, hacer las bolitas, revolcar en coco rallado tostado o nuez molida y fijar con cajeta o leche condensada al capacillo, refrigerar nuevamente.

Una vez hecho esto procedemos a rellenar las cajitas con las bolitas de coco.


Aquí las catadoras oficiales de dulcitos de coco, doña Fela y doña Carmen,  dando su sello de aprobación a la mezcla. 



Mi mamá que es buenísima haciendo moños de regalo me hizo unos moños preciosos para colocar sobre las cajitas. (¡Gracias, maaaa!) y quedaron así.

Y todos los aprueban incluido Spencer Reid. ¡¡¡Lluvia de gifs de Spencer!!!





YES, YOU ARE, MY LOVE!!!!!!!!!

lunes, 8 de diciembre de 2014

Mi cita del sábado pasado (o como pasamos de ropa fácil de quitar a soy un hot tamale en cuestión de minutos).

La mañana del sábado desperté con una resaca de hamburguesa (si, si existe eso, yo lo corroboro y certifico y nadie se atreva a negarlo, ¡Yo tuve una!) que no me dejó dormir tranquila toda la noche, sin embargo yo tenía una cita ese día y a las 11:30 am en punto (¡No es de Dios!) llegó por mí con la promesa de llevarme a un lugar nuevo y diferente.

Ahora, todo mundo sabe que yo soy todo menos morning person pero toda la semana me había emocionado con mensajes y textos e inbox y whatsapps preguntándome si ya estaba lista para nuestra cita y en uno de tantos mensajes encriptados me escribió “PONTE ROPA QUE SEA FÁCIL DE QUITAR”.


“Esto promete, Rocío”, pensé para mis adentros. Ante esas palabras y mi curiosidad matándome decidí, que para no perder mi reciente racha de buena suerte, me iba a quedar calladita y a obedecer así que con el dolor de mi alma y la burger resaca a todo lo que da a las 11:30 estaba lista.

Enfilamos para Leones y yo toda emocionada. Llegamos a un lugar muy poco acogedor para ser franca, paredes blancas, sofás feos y bastante raro en general y yo solo pensaba “¿qué hacemos aquí? Mejor le hubiera dicho que nos fuéramos a desayunar en el Starbucks de la esquina” (ya se me había pasado la resaca de hamburguesa como podrán notar). Dentro del edificio había unas enormes piedras brillositas *.*  así como geodas y cuarzos y una fuente y velitas y demás cositas raras chamanescas y yo dije “¿A qué horas sale Mizada?, ¡Yo soy Aries ascendente Libra, wey!” y en eso que nos dan unas hojitas donde nos hacían preguntas MUY personales. Que si estoy enferma, que si cuantas veces me he hecho cirugías y de qué, que si soy alcohólica o drogadicta… ¿O sea íbamos a hacer algo divertido con poca ropa o a donar sangre?

Mi acompañante respondió a todo y pos ya que, yo también tuve que sacar mis trapitos sucios al sol en ese formulario y dejar la dignidad y los pocos misterios entre los dos debelados con sendas tachitas y palomitas. En eso llega una chica muy mona y nos dice “Ya pueden pasar” y que nos lleva a un cuarto oscurito iluminado solo con velitas, con incienso y con una musiquita suuuuuper relajante y yo dije “¡Este arroz ya se coció!”

Entramos al cuarto y la chica nos dice “Pueden quitarse la ropa” y en eso pensé en lo que me había dicho mi cita “PONTE ROPA QUE SEA FÁCIL DE QUITAR” y yo dije de aquí soy.


Me encueré como si Ryan Gosling me estuviera esperando en la cama y en eso la muchacha nos pasa unas batitas y yo “WTF?” y me dice, “pongasela y acuéstese” y pues ya cohibida ante la mirona esta decidí obedecer.

Ya acostada en un camastro y mi cita en el otro como a 3 metros de mi (¡UFF!!) pasaron un par de minutos y entraron dos chicas al cuarto, me acomodaron en el camastro boca abajo y me descubrieron y ahora si empezó lo bueno: la manoseada.

Empezó la mujer esa a tocarme por todos lados y a amasarme como si de pan para bolillo se tratara. Y no solo eso, me embarraba cremas y aceites y esencias, ¡Nada más le faltaba glasearme a la wey y meterme al horno!
Tras unos minutos de incomodidad como que le fui agarrando el ritmo (Ya saben que esas cosas llevan tiempo y hay que acoplarse, comunicación ya saben jajaja) y pues que me empieza a gustar el asunto.

Así estuvo la muchacha por mucho rato y me agarraba las piernas y los pies y me los masajeaba y me hacía cosquillas (es que soy muy cosquillenta jijiji) y más aceite y más cosas olorosas. Me dio un masaje en el cuello que me dolió hasta  mis antepasados orientales. De repente se detuvo y salió de la habitación con su otra compañera que estaba trabajando en mi cita.

Nos dejaron ahí en silencio, en la penumbra con musiquita muy new age mezcla con “todos los chakras desalineados me la pelan”  y  me empecé a relajar bieeeeeen a gusto.

De repente se abre la puerta y vuelven a entrar las dos chicas a quienes llamaré “Croc” y “Botas” porque era lo único que les veía. La mía era Botas que por cierto estaban bien chidas. Me empieza  a frotar la espalda con más aceites y yo sentía como se me escurría la grasa que me embarraba (ojala fuera la que ya traía yo integrada pero no, esa se quedó conmigo y la sigo cargando L ) y en eso que me pone unas piedras calientes en la espalda. A mí me gustó como se sintió, pero mi cita solo se quejaba y yo pensé “Le han de estar quemando las patas como a Cuauhtémoc”. Total tras restregarme las piedras por todos lados me las dejó en la espalda y me enredó con una toalla húmeda… ¡¡¡¡Ahora sé lo que siente la barbacoa de pozo!!!!

Y se volvieron a ir las condenadas.

Y que me empieza a dar sueño y es que ya el disco de musiquita high iba por la segunda puesta y fue de esas veces que dices “no me quiero dormir porque el que se duerme pierde... ¡y ronca que es peor! ¡Que oso, wey!” pero aguanté como las meras machas.

Total volvieron a entrar las muchachas y nos quitaron las piedras y los trapos y en eso me empezaron a embarrar una vez más algo en la espalda y frotaban y frotaban y tenía como piedritas chiquititas y olía a chocolate y yo pensé, ¡Me están cubriendo como dona! Y con el olorcito pues que la tripa empieza a gruñir y yo “¡Ay que oso, wey!”

Después de un rato me limpiaron la espalda de todo eso y me pusieron otra cosa que solo Dios y ellas sabrán que fue pero cuando me cubrieron con la toalla esta se me pegó como si me hubieran embarrado pegamento. A los 10 minutos cuando me la quisieron quitar me la tuvieron que despegar de la piel y medio rodarme para safarme y me acoré de ese momento en que agarras un tamal y lo ruedas para que se safe de la hoja, bueno, ME SENTÍ TAMAL.


Después de eso nos pusieron boca arriba y siguieron con la amasada yo juraba que me iban a arrancar pedazos pero no, me quedé igual de gorda. ¡¡¡UFF!!!

Finalmente me pusieron una mascarilla que me hizo sentir prima del wey de Halloween.



Y como la mascarilla esa olía a poster de limón del de galletas Marías (¡Les dije que yo ya traía hambre!) me empezaron a gruñir las tripas otra vez.

Cuando nos la quitaron con agüita calientita nos dejaron un ratito más descansando y así y luego muy educadamente entraron a decirnos que ya podíamos caerle y rumbarle, eso si, con mucha educación y clase.

Si, al salir hubo comidita rica y reconfortante y caminamos de la mano (aunque sea para cruzar la calle).

No fue una cita tradicional pero que más da, mi pielecita luce linda y suavecita, mi espalda no me duele tanto y ando con todas las pilas bien puestas.

Pues bien, mi cita no fue lo que pensaba pero resultó muy muy buena así que gracias cita misteriosa por llevarme a este lugar tan divertido, relajante y místico. P´a la siguiente mejor me llevas a una tamalería directo. ¿no? 

martes, 2 de diciembre de 2014

Tachuelas y pompones para Diciembre


Es dos de diciembre y nos quedan unos cuantos días para acabar el año.

Navidad se acerca y con esta la necesidad de encontrar regalos para todos. (¡Oh, consumismo maldito!) y decidí por seguridad de mi cartera que este año reduciré mis compras a una fracción de lo acostumbrado, no sólo por economía  sino porque he encontrado cosas maravillosas que regalar a costos mucho menores y de proveedores locales. Ahora mismo busco mermeladas orgánicas y dulces regionales ya que amo regalar comida. Les contaré como me fue en mi búsqueda de regalos para mis amigos.

Diciembre también hace que saquemos el estambre, las agujas de tejer y empecemos a buscar formas de hacer una bufanda o gorrito. Yo soy muy mala tejiendo, apenas estoy aprendiendo pero he hecho un par de bufandas muy (MUY) básicas que me han salvado del frío.

Recientemente entré a una página llamada Buzzfeed y encontré mil cosas interesantes que ver (Idle mind, remember) y entre sus múltiples curiosidades encontré unos fabulosos DIY y me decidía  llevar a cabo varios ya que tengo el material para hacerlo. El primero constaba de lo siguiente.

  • Chichillas o tachuelas para pizarrón
  • Pompones o si no se cuentan con ellos...
  • Estambre
  • Tijeras
  • Silicón caliente

 



Lo primero era tomar la medida del tamaño del pompón que quería hacer. Decidí hacerlos un poco grandes y la medida es aproximadamente unos dos y medio a tres centímetros.  Decidí usar la base de un encendedor como medida (pero puedes utilizar un pedazo de cartón) y empecé enredando estambre alrededor de esta...




Hasta crear una pequeña diminuta madeja de estambre...


Con un hijo del mismo color o un pedazo de estambre hay que amarrarla por en medio.




Aquí ya tenemos muchos de muchos colores diferentes. Después con las tijeras hay que cortar el estambre separando  los arcos y dividiéndolos en dos.





Repetimos el procedimiento en ambos lados hasta que nos quede esto: ¡Un pompón!



En seguida colocaremos silicon caliente en la parte de en medio del pompón y después colocaremos la cabecita de la  tachuela o chinchilla ejerciendo una leve presión.


Y nos quedan chinchillas con pompones para decorar nuestros tableros o sujetar nuestras notas.



Decidí que voy a hacer pequeños paquetes de estos, algunos los regalaré a mis amigas y otros los venderé en mi venta de primavera para la cual me estoy preparando y estoy preparando muchas cosas más. 


Soundtrack del making of (y entiéndase de aquí en delante por "soundtrack del making of" la rola que escuché mientras hacía esto): This Years love de David Gray

Manifiesto

“Tengo 1000 cosas por hacer”, todos lo hemos dicho alguna vez y es cierto. Día a día tomamos cientos de decisiones que nos llevan a hacer cosas, miles en un solo día. Sin embargo como acumuladora y procastinadora (¿existe esa palabra?) profesional a través de los años he ido postergando y acumulando aún más cosas a lo largo de 32 años. No sólo físicas, sino de toda clase.



 Aquí una pequeña muestra

Mi abuela (acumuladora con doble master en el tema) siempre dice “tengo tanto por hacer” y se va el día sin que haga mucho más que arreglar un par de cosas y ver tv pero creo que el saber que tiene cosas por hacer y hacer por lo menos unas pocas cosas al día la mantiene viva y saludable. Es curioso como la frase misma “Tengo 1000 cosas por hacer” nos habla de un futuro  en el cual seguimos existiendo porque hay cosas que debemos cumplir que van desde arreglar la llave del baño que gotea hasta conocer a la persona con la que desearemos pasar el resto de nuestras vidas.  Nos aseguramos un futuro al decir que aún necesitamos vida porque ¡Tenemos cosas por hacer!

Diagnosticada con un grado de depresión desde hace algunos años he notado como esta afecta mi vida de diferentes maneras desde el típico hoy no me quiero levantar hasta el hoy no quiero vivir. Los continuos altibajos emocionales son difíciles de manejar y a veces, como océano en tormenta, se vislumbran insondeables. Una de las cosas que más detona mis estados depresivos es el desorden y, favor de no confundir, no soy una obsesiva del orden (soy lo opuesto)pero el ir acumulando cosas alrededor de mi cama y mesas y sillas y en cada rincón es algo común hasta que llega el momento en que es imposible encontrar algo o moverse alrededor de la casa. En los últimos meses me he deshecho de cosas y el sitio se ha ido despejando y resulta casi habitable pero aún así, aún me queda mucho por hacer. (¿vieron lo que hice ahí? XD )

A raíz de esto e inspirada en mi abuela y su filosofía decidí usar mi desesperación e impaciencia a mi favor y cambiar mi entorno físico con la esperanza de que, de alguna manera, esto ayude a cambiar mi interior emocional. Además, me gusta imaginar un mejor entorno, una mejor vida y mejores cosas y estados emocionales para todos los que me rodean y como dijo Shakespeare:

“I talk of dreams, Which are the children of an idle brain”

Hablo de los sueños que son los niños de una mente ociosa.

Decidí que usaré todos mis recursos actuales para tratar de hacer cosas creativas que mejoren mi vida, la alarguen y que me hagan feliz y que este blog será un recuento de mis aventuras descubriendo que puedo hacer con toda la chatarra y demás cosas que hay en mi casa, con mi poco tiempo libre en el que me vuelvo loca pensando de más y con mis estados emocionales.

Prometo probar muchas cosas, leer muchas cosas, subir muchas cosas y tratar de sacar lo mejor a cada día que llegue sin importar cuan oscuro se vea.

Te invito a seguir mi pequeña gran aventura.


Crafting, loving, recycling, reusing, depressing,  
cat loving, laughing, living and trying, always trying.