“Tengo 1000 cosas por
hacer”, todos lo hemos dicho alguna vez y es cierto. Día a día tomamos cientos
de decisiones que nos llevan a hacer cosas, miles en un solo día. Sin embargo
como acumuladora y procastinadora (¿existe esa palabra?) profesional a través de
los años he ido postergando y acumulando aún más cosas a lo largo de 32 años.
No sólo físicas, sino de toda clase.
Mi abuela (acumuladora con doble master en el tema) siempre dice “tengo tanto por hacer” y se va el día sin que haga mucho más que arreglar un par de cosas y ver tv pero creo que el saber que tiene cosas por hacer y hacer por lo menos unas pocas cosas al día la mantiene viva y saludable. Es curioso como la frase misma “Tengo 1000 cosas por hacer” nos habla de un futuro en el cual seguimos existiendo porque hay cosas que debemos cumplir que van desde arreglar la llave del baño que gotea hasta conocer a la persona con la que desearemos pasar el resto de nuestras vidas. Nos aseguramos un futuro al decir que aún necesitamos vida porque ¡Tenemos cosas por hacer!
Aquí una pequeña muestra
Mi abuela (acumuladora con doble master en el tema) siempre dice “tengo tanto por hacer” y se va el día sin que haga mucho más que arreglar un par de cosas y ver tv pero creo que el saber que tiene cosas por hacer y hacer por lo menos unas pocas cosas al día la mantiene viva y saludable. Es curioso como la frase misma “Tengo 1000 cosas por hacer” nos habla de un futuro en el cual seguimos existiendo porque hay cosas que debemos cumplir que van desde arreglar la llave del baño que gotea hasta conocer a la persona con la que desearemos pasar el resto de nuestras vidas. Nos aseguramos un futuro al decir que aún necesitamos vida porque ¡Tenemos cosas por hacer!
Diagnosticada con un grado de depresión desde hace algunos
años he notado como esta afecta mi vida de diferentes maneras desde el típico
hoy no me quiero levantar hasta el hoy no quiero vivir. Los continuos altibajos
emocionales son difíciles de manejar y a veces, como océano en tormenta, se
vislumbran insondeables. Una de las cosas que más detona mis estados depresivos
es el desorden y, favor de no confundir, no soy una obsesiva del orden (soy lo opuesto)pero
el ir acumulando cosas alrededor de mi cama y mesas y sillas y en cada rincón
es algo común hasta que llega el momento en que es imposible encontrar algo o
moverse alrededor de la casa. En los últimos meses me he deshecho de cosas y el
sitio se ha ido despejando y resulta casi habitable pero aún así, aún me queda mucho
por hacer. (¿vieron lo que hice ahí? XD )
A raíz de esto e inspirada en mi abuela y su filosofía
decidí usar mi desesperación e impaciencia a mi favor y cambiar mi entorno
físico con la esperanza de que, de alguna manera, esto ayude a cambiar mi
interior emocional. Además, me gusta imaginar un mejor entorno, una mejor vida
y mejores cosas y estados emocionales para todos los que me rodean y como dijo
Shakespeare:
“I talk of dreams,
Which are the children
of an idle brain”
Hablo de los sueños que son
los niños de una mente ociosa.
Decidí que usaré todos mis recursos actuales para tratar de
hacer cosas creativas que mejoren mi vida, la alarguen y que me hagan feliz y
que este blog será un recuento de mis aventuras descubriendo que puedo hacer
con toda la chatarra y demás cosas que hay en mi casa, con mi poco tiempo libre
en el que me vuelvo loca pensando de más y con mis estados emocionales.
Prometo probar muchas cosas, leer muchas cosas, subir muchas cosas y tratar de
sacar lo mejor a cada día que llegue sin importar cuan oscuro se vea.
Te invito a seguir mi pequeña gran aventura.
Crafting, loving, recycling, reusing, depressing,
cat loving, laughing, living and trying, always trying.
Me encanto la frase de tu abue... y cierto eso de tengo cosas por hacer es un aún no puedo descansar, o un no me puedo enfermar porque... que nos ayuda a seguir "jalando la carreta" :p
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